viernes, 22 de octubre de 2010

Un viernes de oficina


Solo pensé que el día era maravilloso,
podia sentir el viento paseando entre las hojas,
modificando la forma de las ramas de un único arbol,
que un espacio entre dos monitores
me permite ver,
Se hizo un pequeño silencio en el ambiente y me pareció
un campo, con “el arbol” capaz de contener el sol
capaz de darme un lugar de reposo, de naturaleza
de vida….
y luego en un par de segundos,
todo vuelve a la normalidad acostumbrada,
una oficina de 3 x 4, donde se agolpan tres o más personas
presuroras, otras que van y vienen y consultan
y piden… y dejan…
Y una pila de papeles espera , y el teléfono comienza a
sonar incesantemente... y alguien grita al teléfono como si
del volumen de voz dependiera la comprensión del otro.
Como si la distancia pudiera salvarse llenando los pulmones
y sacando todo lo contenido.
… Y el arbol…. Y la naturaleza???
Vuelvo a mirar entre los monitores, pero ya no existe
sólo un verde que se mece empujado por el viento.

3 comentarios:

  1. Moni, gracias por tu comentario en mi blog, más agradecido estoy aún si es que no acostumbrás dejar comentarios.
    En relación con tu texto, una situación horriblemente cotidiana, nada más estrangulador de la mente que una oficina llena de computadoras, mientras fuera el verde parece llamarnos.
    Como te habrás dado cuenta, decidí seguirte, hay algo en vos y tus escritos que merecen mi atención.
    Te dejo un beso.
    Humberto.

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  2. El hábito, el hecho de tener responsabilidades ya nos aísla de la naturaleza. Es lamentable, realmente lo es pero, como en tu texto, la imaginación puede sacarnos de ese mundo de cuatro paredes.
    Un placer leerte, no pude evitar sonreír.

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  3. Humberto, muy lindo comentario y me deja una sensacion de satisfaccion, gracias por eso.
    Albor... que bueno que haya podido poner una sonrisa en tu rostro.

    Besos.

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